Guardas y custodias

Ahora bien, aparte de lo anterior, el juez puede tener en cuenta también otras circunstancias. Por ejemplo:

• La vinculación afectiva de los hijos con sus padres y también las relaciones de los hijos  con las otras personas que puedan convivir con cada uno de los padres (por ejemplo, su nueva pareja)

• La aptitud de los padres para garantizar el bienestar de los hijos y la posibilidad de procurarles un entorno adecuado, de acuerdo con su edad.

• La actitud de cada uno de los padres para cooperar con el otro con el fin de asegurar la máxima estabilidad a los hijos e hijas, especialmente para garantizar adecuadamente las relaciones de los hijos con los dos padres.

• El tiempo que cada uno de los progenitores había dedicado a la atención de los hijos antes de la ruptura y las tareas que hacía para procurarles el bienestar.

• La opinión de los hijos.

• Los acuerdos que los progenitores hayan podido adoptar en previsión de la ruptura de pareja o los acuerdos adoptados fuera de convenio antes de iniciarse el procedimiento.

• La situación de los domicilios de los progenitores, y los horarios y las actividades de los hijos y de los padres.

Asimismo hay que tener en cuenta que cuando haya indicios fundamentados de que unos de los progenitores ha cometido actos de violencia familiar o machista no se puede atribuir la guarda a este progenitor, ni se puede establecer ningún régimen de estancias, comunicación o relación con los hijos, y si existen se tienen que suspender. Salvo excepciones que justifiquen lo contrario. 

En general y sea como sea, el objetivo del tribunal será establecer una situación que permita a los hijos mantener relaciones equilibradas y satisfactorias con ambos padres, siempre teniendo en cuenta su interés superior.